Una melancolía acariciante me acompaña en la tarde que se aleja, un reloj detenido ocultando tristezas y un sol que bajo el cielo se aleja para siempre Una grave y fatal melancolía ha de cubrirlo todo en su silencio, los pájaros ausentes de sus nidos, el agua de la fuente en su vigilia. Y un milagro de luna compartida se posará triunfal en las ventanas de tu olvido, tu adiós y de tu sombra, morando finalmente aquí en mi alma. Más tarde en el azul del firmamento habrá de despuntar el nuevo día, y todo habrá de comenzar de nuevo; Los pasos, las nostalgias desiertas de alegrías.
Liliana E De Marco
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