Quise decir y la voz ya no estaba, todo abrazó el silencio, agonizaba el alma en ruinas sepultadas, entonces era joven el campanario en mi garganta. He visto al árbol morir sin ser visto en sus hojas un llanto lo riega , lo amanta. es tan viejo ese roble en su raíz amarga, de su madera se cubrirá el hombre mañana. El hombre siembra la tierra, deja parir en ella sus metas de mañana, y por más que lo acosen los tiranos fecundará su voz entre las ruinas. Ser como el viejo roble, que azotado es por vientos, herido amanece y no vencido, pobre de aquel que quiera derribarlo.
Ser como el viejo roble que en sus raíces lleva el grito arado en su tierra alberga en su madera los más furiosos y eternos desafíos, oídlo cantar en su llanto
que aunque parezca doblado no lo verás vencido,
allí donde lo azoten las feroces tormentas estará
el viejo roble como tú! fuerte, jamás viejo... eternamente erguido!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario